¿Los audífonos inalámbricos dañan mi audición?


Uso audífonos inalámbricos para dormir, durante las llamadas de Zoom y mientras hago ejercicio. ¿Dañan mi audición? Y si es así, ¿cómo se compara el daño con otros estilos de audífonos?

Los audífonos forman parte de tu vida diaria, ya sea cuando llamas por teléfono, participas en reuniones de Zoom, escuchas música o ves videos de TikTok. Pero, ¿qué tipo de daños causan? ¿Y los auriculares inalámbricos, que pueden estar más cerca del oído interno que otros tipos de auriculares, dañan más la audición?

La idea de que los auriculares inalámbricos son más perjudiciales para la audición que otros tipos de auriculares es simplemente falsa, dijo Cory Portnuff, audiólogo del Hospital de la Universidad de Colorado. “La idea errónea proviene de la creencia de que, como un auricular se asienta más dentro de tu oído, haría más daño que algo que se asienta más lejos”.

Es lógico que pensemos que los auriculares inalámbricos son peores para nuestra audición, ya que envían el sonido directamente al canal auditivo, mientras que otros tipos de auriculares que se colocan encima o sobre la oreja emiten el sonido desde una distancia mayor. “Sin embargo, lo que realmente importa es el volumen en el tímpano, no de dónde viene”.

Si tratas de evitar daños en tu audición cuando usas auriculares, “hay una regla general fácil de aplicar”, dice Portnuff. “Se llama 80 por 90: puedes escuchar con seguridad al 80 por ciento del volumen máximo durante un total de 90 minutos al día”. Si escuchas a un nivel más bajo, tienes más tiempo, si escuchas a un nivel más alto, tienes menos tiempo. Si se escucha a un 60 por ciento del volumen máximo o menos, en general, “se puede escuchar con seguridad todo el día, todos los días”, añadió.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades afirman que, en promedio, los niveles de volumen de los dispositivos personales de escucha alcanzan un máximo de entre 105 y 110 decibelios. Por tanto, si se escuchan los audífonos al 80 por ciento del volumen máximo, lo que sería entre 84 y 88 decibelios, el ruido estaría a la altura del de un cortacésped a gas o del sonido del tráfico urbano desde el interior de un auto. Los CDC señalan que para prevenir la pérdida de audición inducida por el ruido, hay que evitar las exposiciones prolongadas a sonidos ambientales de más de 70 decibelios (como el de una lavadora o un lavavajillas). Pero el ruido ambiental de 60 decibelios o menos (como el de una conversación normal o el zumbido de un aire acondicionado) no suele causar daños auditivos.

Daniel Fink, internista y presidente de la junta directiva de The Quiet Coalition, una organización sin fines de lucro dedicada a reducir los efectos del ruido en la salud, fue menos permisivo en sus recomendaciones. “No existen los audífonos seguros”, dijo, sobre todo cuando tanta gente tiene que subir el volumen para compensar los ambientes ruidosos que le rodean.

Si se utilizan los auriculares en un lugar muy ruidoso y “se puede oír la música o entender las palabras que se dicen, probablemente se ha subido el volumen lo suficiente para superar el ruido ambiental”, dice Fink. “Y eso significa que el volumen de escucha tiene que estar por encima de, probablemente, 80 decibelios, y te estás dando suficiente presión sonora, suficientes decibelios para dañar tu audición”.

Para combatir el ruido de fondo sin aumentar los niveles de sonido, Portnuff y Fink recomiendan elegir auriculares que bloqueen el ruido de fondo. Los auriculares inalámbricos que se ajustan bien y eliminan los sonidos externos, los auriculares sobre la oreja que se sellan alrededor del oído y cualquier dispositivo de escucha con tecnología de cancelación de ruido son buenas opciones.

Lo mejor es ser consciente del ruido que te rodea, dice Portnuff, y de cómo afecta al sonido que llega a tus oídos. Algunos teléfonos o auriculares inteligentes te avisan si el volumen supera los niveles de escucha recomendados.

Los ruidos fuertes pueden dañar la audición de forma prematura e irreversible: las sobreexposiciones pueden hacer que una persona de 30 años tenga la audición de una de 60, explica Portnuff. Además, la pérdida de audición suele ser gradual, lo que significa que la gente no se da cuenta hasta que es demasiado tarde. Es importante conocer las mejores formas de proteger la audición, para no arrepentirse en el futuro.

También es fundamental preservar la audición, dice Fink, porque su pérdida puede crear a veces un bucle de retroalimentación de más daño. Cuando la gente no puede oír algo, tiende a subir el volumen, pero eso, a su vez, puede provocar aún más daños.

Así que recuerda que el volumen, por encima de todo, es importante. “Escucha al nivel más bajo posible que te permita oír el contenido que quieres escuchar”, dice Fink. “Si suena fuerte, es que está demasiado alto”.

Hannah Seo es reportera del Times y cubre salud y bienestar mental y físico. @ahannahseo